Crítica - Criticunder // por Florencia Di Santo

Manga de ladrones (del primero al último), en el Artefacto.

Por: Florencia Di Santo (colaboradora)
florencia.criticunder@ymail.com

Calificación: ★★★★★

¿Drama o comedia? una composición eventual, pero absolutamente constructiva resulta ser la obra Manga de Ladrones, presentada en el Teatro del Artefacto, con una gran puesta en escena, como lo concibe cada viernes desde las 23 horas.

Ana Federik, directora e integrante del grupo Orquesta de Teatro, junto a Rodrigo Lussich, el dramaturgo y simpático columnista televisivo, logran traspasar una postura en acción jugando con el viaje de géneros, momentos y situaciones a través de la marcha.

La orquesta de teatro, es una compañía independiente de producciones artísticas en general, los cuales se encuentran realizando en este momento, la segunda temporada de Manga de Ladrones (del primero al último).

Deslumbrantes actuaciones, llenas de calor, luz y sobre todo un claro ejemplo de pasión hacia el teatro fue lo que demostraron: Andrea Boveri, Victoria Boveri, Ana Federik, Leandro Martínez, Claudia Santos, Federico Saslavsky.

Una gran puesta sonora en escena, que por momentos, se apreciaba como una banda en vivo, jugando con los ritmos, compases y armonías de las diferentes voces y melodías, acompañaron la secuencia de la obra.

La historia se sitúa en situaciones disímiles para cada personaje, valores desencontrados y un gran enojo familiar, desencuentros entre los primos Leiva (seis herederos de una dinastía de estafadores y ladrones, tornados a acoplarse para dar un gran garrotazo) sorprender e identificar a más de un espectador.

Una escenografía cálida, acorde al enojo, de una familia dividida, marcada por el desnivel de su escenario, escaleras en sus laterales, y un gran movimiento actoral mimetiza el ojo del público.

Su titulo, por momentos alcanza ser una expresión bien argentina, en los tiempos que corren actualmente “Manga de Ladrones”, pero son los actores quienes saben hacer un capítulo aparte en ella, transmitiendo en cada palabra una sonrisa, de alegría y asombro, logrando estar a la expectativa del final menos inesperado.