martes, 20 de octubre de 2009

De la Obra ...

Alguien, no precisamente nacido aquí, dijo hace no tanto tiempo que "los argentinos son una verdadera manga de ladrones, del primero al último...". Aquellos dichos y su contexto no vienen a cuento pero sirven para contar otro, el de esta obra de teatro. ¿Acaso los primos Leiva, protagonistas de esta historia, no son un reflejo de cierta masa social que aunque no salga a robar, de alguna forma "roba" un poquito cada día para hacer más fácil su tránsito por este convulsionado país? Hay muchas maneras de robar, y no todas llevan a la cárcel. Algunas simplemente significan quedarse con un vuelto, transar la típica cometa, zafar como se pueda y evitarse ciertos dolores de cabeza, no hacer la cola, tener un "contacto", zigzaguear laberintos del mundanal ruido con menos nueces que talento para vivir. El chanta argentino, el porteño agrandado, lugares comunes que nos hacen fama y de todas maneras nos permiten dormir profundo cada noche... ¿o no?. Por cierto que hablamos del algunos, tal vez muchos, tal vez pocos, pero no de todos. Los Leiva, entonces, se toman en serio la idea de robar, en este caso literalmente, pero simbolizando también, en sus relaciones y sus formas de ser, algo mucho más abarcativo que la idea del robo mismo, una manera de relacionarnos como sociedad.
Y si de relaciones se trata, nada mejor que la familia. Y si la familia deja herencia, y esa herencia es "profesional", mucho mejor. Alguna vez el teatro mostró la tradición rioplatense de "M´hijo el dotor", hijos de abogados, arquitectos, verdaderos ejemplos de civillización. Pero aquí la estirpe familiar se hizo en base a grandes fechorías delictivas, robos, estafas y truchadas por doquier... por eso la sangre tira y la herencia no deja más que una perfecta manga de ladrones.
Los primos Leiva son los protagonistas de esta historia. Lara, Dante, Cinthya, Fátima, Roxy y Ernesto Leiva, que se reúnen con el fin de cometer un ambicioso robo que los salve para siempre... o no. La disyuntiva del destino y lo que cada uno haga para conseguir lo que desea o se dedique a boicotearlo olímpicamente -otra de las cuestines esenciales de la vida de cada uno- será el eje de esta seguidilla de acontecimientos -a veces llenos de acción, a veces en clave de humor, pero siempre atravesados por una historia de fuerte contenido dramático- que pondrá en permanente jaque a los personajes, sus conflictos y su particular manera de relacionarse. Para estar atentos, para no perderse detalles ni perderles pisada...
Un caso policial, una buena dosis de acción, diálogos a puro ritmo, una puesta en escena diferente en el marco de una escenografía que permite disfrutar de la dimensionalidad del espacio, una intriga que va creciendo; elementos que suman para que esta obra sea puro disfrute para el especatador y tambien la posibilidad de pensar cuánto tenemos de "ladrones" cada uno de nosotros, mucho más allá de que no salgamos a robar.

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